A pocos pasos de mi perrito faldero
Salgo a la calle bajo la niebla
Fragante de aromas invernales
La ciudad de nieves calcinadas
Árboles tirados por el suelo
Por el fragor del viento
Solo el resplandor
del verde ropaje de los pinos,
Con bufanda abrigo de solapa
Botas de tapir guantes de hojalata
Salgo a la calle a 35 menos cero
A diferencia de mis frescos otoños
De recordadas cuaresmas
De cigarras que entonan sus cantos
donde cayeron nuestros muertos
que duramente batallaron
pus que sale de una herida y se seca
De montanas silvestres
Se me cuaja la sangre
Se me congelan los pies
Duelen las coyunturas de las manos
Un dia cualquiera olvidas la poesia
Aquí lejos de la patria que amo
La vecindad de gentes distintas
Que esperan el bus de las siete
Se van regresan para volverse a ir
Invadido de la nostalgia
Que vivo volviéndome loco
ladrando a solas de misterio
De ausentes soles mañaneros
tu pobreza infernal
tu miedo lleno de frió
De bosques descuajados
A lo lejos moriría en tus brazos
Viendo el azul del mar
Con un cansancio en el alma
Es difícil vivir con una patria ausente
Envejeciendo con otros dolores
hijos arrastrando su lozana juventud
a sorbos con el ron acostumbrado
pasaron los anos a prisa vertiginosa
Se me quiebra la ternura de tus ojos
a la humana amistad de un perrito
el poeta medita largamente
dando la cara bajo esta nieve de marzo
simplemente uno habla solo
una forma de morir sin prisa
Piedra que soy que se resbala
A la luz de los abismos.
27/03/2009
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